El Ser es la persona total, y se forma
desde diferentes fuentes: modelos de identificación, valores familiares y
sociales, experiencias positivas y negativas, aptitudes y limitaciones. Y, más
adelante, los conocimientos generales o especializados que se irán adquiriendo
a lo largo de la vida.
Desde esa Red de elementos que
interactúan entre sí, cada persona percibe, piensa y actúa.
interactúan entre sí, cada persona percibe, piensa y actúa.
Pero ciertas identificaciones
demasiado rígidas y aquellos valores que nos parecen incuestionables generan
zonas duras de la personalidad que se cristalizan, empobreciendo la Red.
demasiado rígidas y aquellos valores que nos parecen incuestionables generan
zonas duras de la personalidad que se cristalizan, empobreciendo la Red.
Otras veces, a causa de experiencias
negativas, las zonas rígidas se forman por el intento de mantener un equilibrio
que ya nada vuelva a desestabilizar, aun al precio de dejar inmóviles parte de
los propios recursos.
negativas, las zonas rígidas se forman por el intento de mantener un equilibrio
que ya nada vuelva a desestabilizar, aun al precio de dejar inmóviles parte de
los propios recursos.
Esas partes del Ser pierden
flexibilidad, sensibilidad, permeabilidad y adaptabilidad a lo nuevo. A lo
largo de los años, esta “artrosis” de la personalidad nos transforma en caricaturas de nosotros mismos, en las que solo se
destacan a gruesos trazos nuestros defectos y virtudes.
flexibilidad, sensibilidad, permeabilidad y adaptabilidad a lo nuevo. A lo
largo de los años, esta “artrosis” de la personalidad nos transforma en caricaturas de nosotros mismos, en las que solo se
destacan a gruesos trazos nuestros defectos y virtudes.
Virtudes que llevadas a un exceso, son
también otros tantos defectos.
también otros tantos defectos.
Y no es casual que sean esos rasgos de
carácter, marcados y exagerados, los que nos impiden entrar en sintonía con las
redes de los otros. En otras palabras, los que nos hacen difíciles, poco
dúctiles, a veces hasta insoportables para los demás.
carácter, marcados y exagerados, los que nos impiden entrar en sintonía con las
redes de los otros. En otras palabras, los que nos hacen difíciles, poco
dúctiles, a veces hasta insoportables para los demás.
Lo notable es que la rigidez en la
forma de ser y la tensión en las actitudes son siempre consecuencia de zonas
débiles e inseguras que a veces arrastramos desde nuestra historia.
forma de ser y la tensión en las actitudes son siempre consecuencia de zonas
débiles e inseguras que a veces arrastramos desde nuestra historia.
Al igual que pasa con el cuerpo, cada
zona débil activa la tensión en una región compensadora. La debilidad en los músculos
de la espalda lleva a la contractura de las cervicales. La debilidad de los
abdominales lleva al dolor de cintura; la de los cuádriceps, a los dolores de
rodilla.
zona débil activa la tensión en una región compensadora. La debilidad en los músculos
de la espalda lleva a la contractura de las cervicales. La debilidad de los
abdominales lleva al dolor de cintura; la de los cuádriceps, a los dolores de
rodilla.
Y para peor, ante cada nueva
situación en la que nos sentimos débiles, reaccionamos con más tensión y eso,
como un círculo vicioso, hace que neutralicemos la posibilidad de aprender y
crecer. Así perdemos conectividad y apertura, perdemos la Red.
situación en la que nos sentimos débiles, reaccionamos con más tensión y eso,
como un círculo vicioso, hace que neutralicemos la posibilidad de aprender y
crecer. Así perdemos conectividad y apertura, perdemos la Red.
Libro: “Pensamiento en Red”
• Apple iBookstore: https://itunes.apple.com/us/book/pensamiento-en-red/id765713786?mt=11
• KoboBooks: http://www.kobobooks.com/ebook/Pensamiento-en-red/book-hx6RQDb6lEiH1VFhifUB8A/page1.html
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